El Solitario de los cuarenta ladrones (o Solitario de los 40 ladrones) es un juego de cartas conocido en todo el mundo que se juega con dos barajas de 52 cartas convencionales. También es conocido como Big Forty, Napoleon St Helena, Roosevelt at San Juan y Le Cadran.
El Solitario de los 40 ladrones recibe su nombre del número de naipes que se disponen en el tablero al comienzo de cada partida.
El Solitario de los 40 ladrones es un juego difícil de superar que requiere excelentes dotes para la resolución de problemas.
Lo mismo ocurre con sus distintas variantes, la mayoría de las cuales aumentan las posibilidades de victoria, incluido el Solitario Josephine.
La pantalla del juego está compuesta por 4 secciones distintas.
El tablero se encuentra en el centro de la pantalla. Consta de 10 columnas sin marcar. Cada columna puede estar vacía o contener un montón de cartas superpuestas en vertical de una o más cartas bocarriba, dependiendo del estado actual de la partida. En esta sección es donde tiene lugar la mayor parte de la acción durante la partida.
Los mazos de destino se encuentran encima del tablero. En horizontal, consta de 8 rectángulos. Cada rectángulo es un mazo de destino en el que se pueden formar secuencias de cartas del mismo palo en orden del As al Rey.
En la esquina superior izquierda está la baraja, que contiene las cartas de reserva que se pondrán en juego a medida que avanza la partida. El juego comienza con un montón de cartas bocabajo, unas encima de otras. Justo a la derecha de la baraja está el mazo de descarte. Al comenzar la partida, está vacío.
La baraja y el mazo de descarte van conectados y van poniendo en juego las cartas de reserva. Cada vez que el jugador hace clic en la baraja (si quedan cartas), se coloca automáticamente una carta bocarriba en el mazo de descarte. No es raro amontonar varias cartas en el mazo de descarte. Solo se puede ver y jugar la carta de arriba del mazo de descarte. Cuando se juega una carta desde el mazo de descarte, la carta que hay debajo, si hay alguna, entra en juego.
El objetivo del Solitario de los 40 ladrones es formar 8 montones ordenados del mismo palo del As al Rey en los mazos de destino.
El Solitario de los 40 ladrones se juega con dos barajas de cartas convencionales, que suman un total de 104 naipes.
Al comienzo de la partida, se coloca un montón con cuatro cartas bocarriba en cada una de las diez columnas del tablero. El resto de cartas, 64, se quedan en la baraja.
Una de las reglas importantes del juego es que el jugador solo puede mover una carta a la vez. Sin embargo, en la variante denominada Solitario Josephine, el jugador sí puede mover secuencias descendentes del mismo palo de cualquier longitud dentro del tablero. Menos en eso, los dos juegos son idénticos.
Salvo desde la baraja, no se pueden enviar cartas al mazo de descarte. Queda al criterio del jugador cuándo hacerlo durante la partida.
Una carta puede moverse a la parte inferior de un montón del tablero, ya sea desde el mazo de descarte, un mazo de destino o la parte inferior de otro montón del tablero. Pero la carta de destino siempre debe preceder o seguir en valor a la carta desplazada, y ser del mismo palo. Si una columna se queda vacía, se puede ocupar con cualquier carta.
El jugador puede mover una carta a un mazo de destino, ya sea desde la parte inferior de un montón del tablero o desde el mazo de descarte. No obstante, debe ser un movimiento válido. Si la carta es un As, comienza una nueva secuencia, y si le sigue en valor y es del mismo palo, continúa una secuencia existente.
A continuación, se enumeran nueve consejos para superar el Solitario de los 40 ladrones:
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